Una bodega analiza qué nutrientes necesita cada planta para dar la mejor calidad de uva

El equipo de investigación de una bodega analiza qué nutrientes y en qué proporción necesita cada planta para dar la mejor calidad de uva. También se hacen pruebas con restricciones de agua.

Fecha: 15-Nov-2018

El área de Innovación de la gerencia agrícola de bodega Trivento presentó en Mendoza su investigación sobre “balance nutricional” y “balance hídrico”. El estudio tiene como fin mejorar las condiciones del suelo, contribuir a la salud de las plantas y determinar qué nutrientes y en qué proporción exacta se deben aplicar a cada varietal para lograr la mejor calidad de uva según la zona geográfica en la que se encuentre.

Cuando se habla de vitivinicultura, se debe considerar que la cantidad de variables es tan grande como compleja. No solo existen incontables varietales y alternativas de cortes (mezcla de dos o más uvas), sino que existen un sin número de puntos a tener en cuenta en el proceso de vinificación, desde la siembra de la vid hasta que el vino está en la mesa, lo que hace que cada vino sea único.

Motivadas por la competencia, los cambios de tendencia y la necesidad de proteger al medio ambiente, las bodegas cada vez destinan más recursos a la investigación de nuevos procesos para elaborar sus productos y manejar sus viñedos. En el caso de Trivento, bodega perteneciente al holding Concha y Toro (Chile), el estudio de balance nutricional consta de tres grandes ramas de trabajo: el análisis de nutrientes inorgánicos, el seguimiento de sustancias húmicas y la experimentación con microorganismos del suelo.

Uno de los puntos más avanzados en la investigación de la bodega es el referente a los nutrientes inorgánicos. El fin es poder entregar a cada planta los nutrientes en la cantidad necesaria y en el momento oportuno.

Pedro Bonoris, ingeniero de Proyectos Agrícolas, señaló que “se persigue el balance nutricional para lograr un viñedos sustentable” y reveló que “el objetivo es lograr que luego e 20 o 30 años el suelo sea igual o mejor que cuando se implantó el viñedo”. Para lograrlo, se está evaluando primero el comportamiento de los nutrientes principales (potasio, magnesio, nitrógeno y fósforo). Luego, se analizarán el resto de los nutrientes.

El ingeniero agrónomo, Cristian Linares, indicó que se ha hecho especial énfasis en el nitrógeno, por ser un nutriente particularmente importante para la vid. “Estudiamos las extracciones de estos nutrientes en la uva cosechada, en hojas amarillas y en sarmientos. Es decir que determinamos cuánto nitrógeno absorbe la planta el suelo y cuánto va a cada una de las partes mencionadas”, explicó.

“Luego, devolvemos mediante riego por goteo la cantidad de nutrientes que corresponda, equiparando lo que se llevó la planta. Estamos viendo entonces como es la dinámica de estos nutrientes en las soluciones de riego y como se va comportando en las diferentes profundidades”, continuó Linares.

“El siguiente paso es, mediante el análisis del follaje, estudiar si verdaderamente la planta está absorbiendo los nutrientes reincorporados en el riego. De esa manera vamos definiendo estrategias de necesidad y recuperación, siempre pensando en la situación particular de cada vid. Entendemos que el equilibrio nutricional es diferente para cada varietal y cada suelo”, agregó el ingeniero agrónomo.

Sustancias húmicas

La segunda etapa del proyecto es la producción de fertilizantes orgánicos mediante humus. “Existe el concepto de reciclaje de los orujos que quedan en la bodega. Transformamos el orujo en humus en un proceso de compostaje. En este proceso estamos recuperando algo de nitrógeno y potasio” apuntó Cristian Linares.

“Convertimos el humus en una solución líquida para poder llevarla al viñedo mediante el sistema de riego por goteo. Por supuesto que en las extracciones que hacemos (en la parte de estudio de nutrientes), estamos descontando lo que aportamos con los fertilizantes orgánicos”, comentó el ingeniero agrónomo.

“Son fertilizantes ricos en ácidos únicos y fólicos. Tienen ciertas propiedades que mejoran la capacidad de intercambio catiónico, entre otras cualidades que estamos estudiando”, apuntó el experto.

Los microorganismos

Trivento está realizando el estudio de microorganismos del suelo junto a dos estaciones experimentales del INTA. “Por ahora hemos definido el estudio de un hongo, que es el tricoderma. La hipótesis de ese estudio es que, al igual que en otros cultivos, el hongo ayuda al crecimiento de las raíces y por tanto, a la absorción de potasio, magnesio y nitrógeno. Eso está demostrando en otras especies, pero nunca fue estudiado en la vid”, señaló Cristian Linares.

De forma paralela a los estudios de “balance nutricional”, el equipo de investigación de Trivento está desarrollando una investigación sobre balance hídrico”. Quien lleva adelante el proyecto es el ingeniero agrónomo José Vardaguer. “La idea es ser eficientes en la aplicación de agua. Está demostrado que una pequeña interrupción de agua durante la etapa vegetativa de la vid, mejora la calidad de la uva y por tanto, el vino a futuro”, comentó.

“Estamos haciendo estudios con diferentes niveles de restricciones. Tenemos algunos resultados ahora, pero vamos a ir reforzándolo en los próximos años” continuó.

El estudio de Trivento, que inició esta temporada, es en realidad una investigación “espejo” de una que está realizando Concha y Toro en la región de Talca, Chile. “Estamos estudiando el mismo varietal (Cabernet Sauvignon), pero con las condiciones de nuestro suelo. Son zonas completamente diferentes. Ese es el desafío para poder comparar los resultados”, apuntó Verdaguer.

Pedro Bonoris, indicó que “una vez que se hayan elaborado los vinos trabajados con restricción hídrica, se conformará un estudio de análisis sensorial”. Así se podrán comparar los resultados con los vinos obtenidos en Chile.

El balance hídrico también se está trabajando en convenio con el Inta. “Una vez que tengamos resultados contundentes, en todos nuestros frentes de estudio, vamos a transmitir el conocimiento a todas nuestras fincas y a los productores que nos venden uva como terceros. No serviría de nada que hiciéramos estos trabajos si no logramos aplicarlo a todos nuestros vinos”, aclaró el representante de Trivento.

La bodega Trivento está ubicada en el departamento de Maipú (Mendoza) y pertenece al holding de Concha y Toro, grupo nacido en Chile, en el año 1883. Trivento inició sus actividades en Mendoza en 1996. Su primera adquisición fue una bodega de 2 millones de litros y la finca Los Vientos de 154 hectáreas, ambas ubicadas en Maipú. Hoy tiene tres bodegas y cuenta con una capacidad de producción de 35 millones de litros.

En 2007 la International Wine Spirit Competition del Reino Unido distinguió a la firma con el trofeo “Mejor Productor de Vino Argentino”; destacando su contribución a la industria del vino “al imponer estándares de excelencia e influenciando en la calidad, variedad, valor y educación del consumidor”.

En el año 2011 abrió sus puertas al público el Espacio de Arte y Turismo. Tres años más tarde (2014), Trivento se convirtió en Official Supporter de la Liga Inglesa Premiership Rugby, campaña que según los directivos de la bodega le permitió posicionarse en el Reino Unidos, donde hoy es el número uno de ventas de Malbec. También fue una puerta de ingreso para el resto de Europa. Tal es así, que “en 2016 se convirtió en la marca más vendida del continente europeo”, de acuerdo a referentes de la empresa.

Según los enólogos e ingenieros agrónomos de Trivento, la vendimia 2017 fue “excepcional en términos de calidad y sanidad”. El año pasado, además, la compañía ingresó al Concejo Empresario Argentino para el Desarrollo Sostenible.