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Miguel Lorenzo

14/10/15

Canadá y Emiratos Árabes, alternativa comercial al veto ruso

Pasado un año desde que Rusia decidiera cerrar sus fronteras a determinados productos alimentarios europeos como respuesta a las sanciones económicas que le impuso Bruselas por su intervención en el conflicto de Ucrania, los productores españoles declinan hacer una estimación del impacto económico del embargo, pero subrayan que, para contrarrestar los efectos del bloqueo, han logrado reforzar las ventas en su mercado tradicional, la UE, y abrir nuevas oportunidades de negocio en países extracomunitarios.

La organización agraria Copa-Cogeca calcula que, a escala europea, el impacto ronda los 5.500 millones de euros, en línea con la estimación inicial que hizo la Comisión Europea basándose en el valor de las exportaciones al mercado ruso en 2013 de los productos vetados por Moscú (frutas y hortalizas, carnes, pescado y productos lácteos, entre otros). Según estos datos, España sería el sexto país más afectado por las sanciones, con 338 millones de euros.

No obstante, fuentes del sector productor español aseguran que el impacto “ha sido mucho mayor”, porque además de las exportaciones directas, habría que tener en cuenta también las “reexportaciones” de producto español a través de otros países –por ejemplo, parte del tomate que se exportaba a Holanda y Polonia se reexpedía después a Rusia- y la bajada de precios que propició el veto en muchos productos.

Fermín Sánchez Navarro, director general de la empresa Gruventa, que comercializa frutas y hortalizas en más de 50 países, subraya que los efectos del embargo han sido “muy negativos para el sector hortofrutícola español, con pérdidas económicas que pueden calificarse como millonarias”.

Canadá y Emiratos Árabes como alternativa

“Se han perdido irremediablemente clientes rusos, pero también se han realizado grandes esfuerzos para abrir otros mercados que compensen este veto”, apunta Sánchez Navarro, quien detalla que “la enorme capacidad exportadora de los operadores del sector ha permitido diversificar las exportaciones hacia países como Canadá, Emiratos Árabes o mercados asiáticos”.

No obstante, el volumen de ventas a estos mercados aún es pequeño. “Los costes de transporte son muy elevados e incrementan mucho el precio del producto final; a China y a Japón se envía algo por avión, pero no mucho porque no salen los números”, indican en fuentes del sector.

Así, para el responsable del sector de frutas y hortalizas de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), Andrés Góngora, es más importante el hecho de que se hayan podido afianzar las ventas dentro de la Unión Europea, que concentra más del 90% de las exportaciones hortofrutícolas españolas.

Góngora explica que los cultivos que sufrieron de forma más directa el embargo fueron la fruta de hueso y de cítricos, donde se produjeron caídas de precios que rondaron el 50% el verano pasado.

Una vez pasó este primer impacto sobre cultivos que ya estaban planificados, el resto del año se pudo “reorientar” las exportaciones al mercado europeo. “Nuestros competidores -Turquía, Marruecos, Israel y algunos países de Latinoamérica- pusieron el foco en Rusia, y nosotros nos reforzamos en nuestro mercado tradicional”, destaca Góngora.

Se disparan las ventas a países comunitarios

Los datos del Ministerio de Economía constatan la mejora de las ventas al mercado europeo: las exportaciones del sector alimentario crecieron un 9,6% entre enero y julio respecto al mismo periodo del año pasado, entre otros motivospor el incremento registrado en frutas, hortalizas y legumbres a Alemania, Francia, Reino Unido e Italia.

Con más detalle, en su análisis del comercio exterior del primer semestre, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama) destaca los fuertes incrementos en las exportaciones de frutas a Italia (38,9%), Reino Unido (20,6%) y Alemania (19,6%). En el caso de las hortalizas y legumbres, subraya los crecimientos de las ventas a Francia (17%), Bélgica (15%) e Italia (13%).

Después de que se haya cumplido un año desde la declaración del embargo y de que Moscú lo haya prorrogado por un año más, hasta el verano de 2016, en el sector coinciden al señalar las dificultades de recuperar este mercado, toda vez que países competidores se han posicionado aprovechando esta crisis política.

El responsable de frutas y hortalizas de COAG advierte de que “habrá que empezar de nuevo” y considera que posiblemente “se volverá a la normalidad, pero no será de la noche a la mañana”.